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OSWALDO CÁRDENAS GÓMEZ “BUGA” - NARRADOR ORAL ESCENICO

Soy un sobreviviente de la revolución, pero no de la Bolchevique, ni de la cubana, ni mucho menos de la pobre, poca o casi nula revolución colombiana. Soy un sobreviviente del Barrio La Revolución, en Guadalajara de Buga –Valle del Cauca. El pueblo piedad, un pueblo olvidado (excepto en Semana Santa) que vive de la piedad de los narcotraficantes, de su filantropía momentánea y de sus excesos millonarios no catalogados en las revistas del Norte. Donde también llegó, no la mano poderosa del señor, sino la mano negra y donde en la esquina de la fritanga de doña Josefa, en medio de empanadas vallunas o de papas calientes, cuando la plata no alcanzaba, se contaron historias de barrio a ritmo de la mejor salsa.


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viernes, 13 de agosto de 2010

Adan Garcia



ADAN GARCIA

Adaptación de la canción “Adan García”
De Rubén Blades

Esa mañana en la vida de Adan García, lo halló como las últimas de su pasado, se levanto a eso de las 8 y se dirigió a la cocina en busca de ese tinto mañanero que tanto le gustaba. Pero allí, en la silla al lado de la estufa, estaba su esposa y apenas lo vio empezó a alegar, Que don Juaco había dicho que ya no les iba a fiar más; Que no había nada para el desayuno de los tres niños; Que dejara de estar pensando que de los poemas iban a vivir; Que saliera a buscar trabajo. Adan sabía que en parte su esposa tenia razón, pero no dijo nada simplemente dio la vuelta y se sentó en la silla del comedor.

Mientras su esposa seguía alegando, Adán sabía que para Él no había trabajo, Él sólo había estudiado hasta 7mo de bachillerato, siempre había trabajado en la construcción y ya los narcotraficantes por estos días habían abandonado el pueblo, las construcciones estaban abandonadas y el gremio estaba en resección. Mientras pensaba en todo esto, Adan cogió una servilleta, tomo un lapicero y empezó a escribir.
Esto se acabó, vida.
La ilusión se fue, vieja,
Y el tiempo es mi enemigo.
En vez de vivir con miedo,
Mejor es morir sonriendo, con el recuerdo vivo.
Una vez terminó, hizo un pequeño nudo con ella y se la entrego a su esposa, le pidió que la abriera en la noche, cosa que la enfureció, pero Él que era un hombre tranquilo no dijo nada, simplemente dio media vuelta y salió de la casa.

Llego a la tienda de don Juaco y le pidió que le fiera algunos cigarrillos. Don Juaco también se enfureció, Que no fuera descarado; Que en lugar de fiar cigarrillos, fiara para el desayuno de sus hijos; Que ya la cuenta estaba bastante larga; Que cuando era que le iba a pagar. Adan agacho la cabeza y le dijo: “No se preocupe don Juaco que esto es lo último que le voy a pedir fiado, por la tarde seguro le traigo toda su plata”.

Cuentan los que lo vieron salir de la tienda de la esquina, que Adan ya no era el mismo, que su forma de ser había cambiado, ya no era el joven vivaracho que todos habían conocido y que se le notaba la tranquilidad del desesperado. Adán esa mañana salió caminando por la avenida, y en la medida que se le acababa un cigarrillo prendía otro, millones y millones de frases llegaban a su cabeza, el era un Poeta, pero no tenia donde escribirlas, tal vez algún día las recordaría.
Por fin Adan llego a su destino, ¿un banco?, ¿pero que hace Adan en un banco?, se preguntaban aquellos que lo conocían, si el nunca ha tenido cuenta, tampoco tiene plata para abrir una, un préstamo no le van a hacer, es mas siempre ha odiado el sistema financiero. ¿Qué hace Adan en un banco? Adan entró, las puertas se cerraron tras de ÉL, Las manos le sudaban al mismo tiempo que su corazón palpita aceleradamente, estaba intranquilo, notaba que el celador lo miraba fijamente pues se le notaba que no tenia nada que hacer en un banco. Adan no sabia que hacer, caminó lentamente hasta la fila y con su mirada ubico las cámaras. Tomo un papel de consignación y simulo llenarlo, empezó a hacer la fila y se ubico detrás de una señora, su mirada volvió a buscar al celador y a las cámaras. Ya no solo eran sus manos, ahora era todo el cuerpo el que sudaba, trato de arrepentirse pero recordó lo que había escrito.
En vez de vivir con miedo,
Mejor es morir sonriendo, con el recuerdo vivo.
Al fin tomo la decisión. Agarro por el cuello la señora que estaba delante de Él, le puso el revolver en la cien, después señalo con duda a la cajera y le dijo que empacara todo el dinero en una bolsa, señalo también con su arma al celador y le dijo que no se le ocurriera hacer nada, porque podría matar a su rehén. Después de hacer un tiro a una de las cámaras camino despacio hasta la caja, recogió los billetes y sin descuidar los movimientos del celador salió del banco. Adan no era ladrón, Él era un poeta; así que se demoro mucho y cuando empezó a caminar recostado a la pared, ya la policía lo tenia rodeado. Él no obedeció el llamado de alto que hicieron los policías, siguió caminando. Los policías, los que Él tanto odiaba, empezaron a seguirlo con las mirar de sus armas, el caos invadió la escena, el ambiente se torno gris y la gente gritaba. Adan seguía caminando lentamente y en su mano izquierda, con la misma mano que sujetaba a su rehén, llevaba la bolsa llena de billetes, la solución a sus problemas, y con la otra mano el arma “que lo protegía”. La policía alterada gritaba una y otra vez ¡ALTO! Adan no era ladrón, Él era un poeta; descuido mucho la cara y como dicen vulgarmente “pago barato” y el policía aprovecho. La bala salió del arma del policía que estaba detrás de la patrulla principal, justo en frente de donde estaba Adan, cruzó el ambiente denso que circundaba la escena, entró lentamente por la entre-ceja, atravesó el cerebro y Adan ya no tuvo mas frases, el poeta calló, algunos billetes salieron de la bolsa. Nadie entendió por que murió con una sonrisa en los labios, tal vez pensó en el último poema que llevaría su epitafio.
Al otro día los diarios publicaron: “La policía da de baja a ladrón que intento robar al banco central con la pistola de juguete de su hijo.” Las palabras que Adan escribiera para su mujer fueron proféticas.
Esto se acabó, vida.
La ilusión se fue, vieja,
Y el tiempo es mi enemigo.
En vez de vivir con miedo,
Mejor es morir sonriendo, con el recuerdo vivo.


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